Castillo de Ortenburgo

Situado a 443 metros de altitud en el extremo de una cresta, el castillo de Ortenbourg, construido entre 1260 y 1265 por Rodolfo de Habsburgo, está considerado como una de las ruinas más bellas del valle del Rin. Obra maestra de la arquitectura militar, destaca por su torreón pentagonal de 32 metros, rodeado por una alta muralla de granito y con seis pisos de tiro, diseñado para resistir los proyectiles enemigos. Su silueta, similar a un barco de piedra, con su amplia puerta de entrada coronada por una saetería y las ventanas góticas de su vivienda, domina un panorama excepcional.

Desde su construcción, el edificio se encuentra en el centro de los conflictos regionales. Walter de Geroldseck, obispo de Estrasburgo, devasta el Val de Villé y saquea la obra de Ortenbourg. Derrotado poco después, tuvo que pagar 700 marcos en concepto de reparación, lo que permitió a Rodolfo terminar su castillo. Sin embargo, en 1265, cuando las obras aún no habían concluido, Ortenbourg sufrió ya un primer asedio por parte de las tropas episcopales. Unos años más tarde, la construcción del vecino Ramstein contribuyó a su aislamiento: privado de víveres, acabó cayendo.

Reconstruido hacia 1300, fue devastado de nuevo en 1632 por las tropas suecas durante la Guerra de los Treinta Años, que lo saquearon e incendiaron. Hoy en día, la asociación «Les sentinelles de l'Ortenbourg» (Los centinelas de Ortenbourg) trabaja para preservar y poner en valor este notable testimonio de la historia medieval alsaciana.